Capitulo 3 (1/1)
TaeYeon pagó al taxista y miró la enorme casa victoriana de dos plantas. Echó un vistazo a la calle y vio que todas las casas eran parecidas y estaban igual de cuidadas. Al otro lado de la calle había un parque con muchos árboles. Abrió la puerta de hierro de color verde oscuro y subió la escalera de piedra gris azulada hasta la amplia galería de hierro forjado.Tiffany abrió la puerta con una sonrisa radiante y la invitó a pasar al vestíbulo. La casa era acogedora, y se oía la música de Adele de fondo. Tiffany tenía una copa de vino tinto en la mano y parecía relajada. Se había puesto unos vaqueros gastados, un jersey color crema de lana fina y cuello de pico, y unos calcetines de lana, y aun así se las apañaba para estar elegante.
Tenía una estatura por encima de la media, pero sin los tacones no era mucho más alta que TaeYeon.De repente, un perro pequeño blanco cruzó el vestíbulo y empezó a restregarse contra las piernas de TaeYeon.—Te presento a Prince Fluffy —dijo Tiffany, mientras TaeYeon se agachaba para acariciar la cabeza del animal.—Le encantan las visitas.TaeYeon echó un vistazo a su alrededor. El pasillo que tenían delante era largo, con puertas a ambos lados y suelo de madera oscura encerada, con una alfombra oriental que lo recorría a lo largo. Delante de ellas, a la derecha del vestíbulo, había una escalera de madera tallada.—Es una casa preciosa —dijo.—Gracias, te enseñaré el resto. Arriba no hay mucho que ver: solo tres dormitorios y los baños.El despacho de la derecha tenía estanterías empotradas a lado y lado de una chimenea de mármol negro. Debajo de una ventana con vistas al jardín y al parque había una gran mesa de despacho antigua, de roble, con un ordenador.TaeYeon vio la foto de una pareja de mediana edad en la repisa de la chimenea. La mujer era guapa y se parecía a Tiffany.— ¿Son tus padres? —preguntó.—Sí. Viven en el sur de Australia. Cuando mi padre se jubiló se mudaron allí y compraron un pequeño viñedo. Tiffany río entre dientes.—Siempre fue su sueño, pero creo que mi padre ha descubierto que exige mucho más esfuerzo de lo que esperaba. Aun así, no les va mal por allí, y es un sitio fantástico para ir de visita.— ¿Tienes hermanos?
—No, soy hija única.El salón estaba al otro lado del pasillo, amueblado con un sofá rosa oscuro y dos sillones de respaldo alto a juego. Un precioso armario japonés, de estilo clásico, dominaba una pared, y había un jarrón japonés enorme a cada lado de la chimenea.La última puerta del pasillo daba al comedor. En el centro de la estancia había una mesa de cerezo para diez personas y las sillas estaban tapizadas con la misma tela rosa que el sofá del salón. Contra una pared había una chaise-longue cubierta de cojines. TaeYeon echó un vistazo a la recargada araña de cristal y pensó que no combinaba con el resto de la decoración.
Tiffany se echó a reír.—Es un poco exagerada, lo sé. Estaba aquí cuando compré la casa y pensaba tirarla, pero, cuando termine de decorar esta habitación, me había acostumbrado a verla. Imagino que alguno de los dueños anteriores, tal vez durante la década de 1940, la eligió con mucho cariño y tuvo muchos problemas para colgarla. Probablemente era muy cara y le parecía una preciosidad.Se encogió de hombros—En realidad es bastante bonita, pero está en un lugar inadecuado. Puede que sea eso lo que me gusta. En cualquier caso, ahora tiene un atenuador y, en las cenas, cuando está muy bajo, emite unos destellos mágicos. —Sonrió-. Bueno, después de un par de copas también parece mágica.TaeYeon sonrió.—Me parece estupenda. ¿Cuánto tiempo llevas aquí?Tiffany la guió por el pasillo y giró a la izquierda para entrar en la cocina. Estaba bien diseñada y era funcional, con encimeras de caliza grisácea y electrodomésticos de acero inoxidable.—Cinco años —contestó—. Tuve que hacer muchos arreglos en la casa. Cuando la compré estaba hecha un desastre, pero, gracias a Dios, ya he terminado. La compré justo después de divorciarme. Quería instalarme cómodamente por mi cuenta, porque imagino que seguiré soltera: es lo que me va. ¿Qué quieres tomar?—Bueno... Me tomaría un bourbon, si tienes, pero si no, un vino me parece bien. Tiffany sacudió la cabeza, agitándose el pelo.—Te he comprado bourbon por el camino. Sabía que te apetecería.
—Que amable. —TaeYeon sonrió-. Gracias.Mientras Tiffany sacaba el hielo y le servía la bebida, TaeYeon no pudo evitar fijarse en cómo se le ceñían los vaqueros a las caderas y en cómo el fino jersey que llevaba le realzaba el pecho, bastante abundante. Se preguntaba por qué aquella mujer tan atractiva se imaginaba soltera toda su vida.— ¿Así que ahora mismo no tienes ninguna relación? —le pregunto.—Bueno, sí, supongo que sí, con un tal LuHan, pero lo nuestro es bastante informal. Él viaja mucho y yo viajo bastante a menudo, así que no siempre nos vemos, lo cual está bien. —Bebió un poco de vino—. Debería empezar a cocinar. Espero que te guste el cordero. Voy a freír unos filetes y los serviré con patatas cocidas y ensalada.—Me parece genial. ¿Te puedo ayudar con algo? Aunque no soy muy ducha en la cocina —reconoció TaeYeon, encogiéndose de hombros.—No, no tardaré nada.Tiffany puso los filetes en una pequeña sartén de hierro colado y los roció con un poco de aceite de oliva, un chorro de limón, ajo picado y orégano fresco. Pronto, la cocina se llenó de aromas deliciosos y de un sonido chisporroteante. Tiffany lo hacía todo de manera organizada y relajada.TaeYeon bebió un trago de bourbon. Era agradable estar allí, apoyada en la encimera, mirándola. Tiffany la hacía sentirse como en casa, de modo que no tenía la impresión de ser una intrusa en absoluto.
Tiffany echó un vistazo a las patatas, se volvió hacia TaeYeon y bebió un trago de vino. —Mañana es tu último día en Melbourne. ¿Qué planes tienes?—Sunny y yo iremos de compras. Los otros están planeando una excursión a Apollo Bay por la carretera Great Ocean. Se llama así, ¿verdad?—Sí. Es una pena que no vayáis con ellos. Es un lugar precioso. Figura en algún registro como uno de los recorridos más pintorescos del mundo.—Ya. —TaeYeon frunció el entrecejo—. Pero nos han dicho que Melbourne es un buen sitio para ir de compras y Sunny me matará si no voy con ella mañana. Esa mujer es adicta a las compras.Tiffany rió entre dientes.—Bueno, antes de irte recuérdame que te de una lista de las mejores zonas. No vale la pena que te molestes en ir a los grandes almacenes; las tiendas más interesantes y los mejores restaurantes están escondidos en los barrios residenciales. Puede que te parezca bastante diferente. Melbourne no les pone las cosas fáciles a los turistas; hay que saber adónde ir.—Estaría muy bien —dijo TaeYeon con una sonrisa—. Sunny estará encantada.En aquel momento se terminó la música y TaeYeon se ofreció a poner algo más. Tiffany la guió hasta el salón, moderno y despejado, que estaba junto a la cocina. El suelo también era de madera encerada, con grandes alfombras orientales. Había tres sofás, que parecían muy cómodos, y una mesita baja. La habitación tenía una pared de puertas ventana que daban a un pequeño jardín arbolado y con suelo de baldosas.—Los discos están aquí —dijo Tiffany mientras abría un gran aparador victoriano, donde había una colección muy amplia, cuidadosamente catalogada. Al ver la cara de sorpresa de TaeYeon, se encogió de hombros y explicó:—Tengo que estar al día con todo lo que se edita. La gente me envía cosas, y gran parte de lo que hay ahí es una mierda. Será mejor que vuelva a la cocina.TaeYeon vio que encima del aparador había un montón de números de The Entertainer.— ¿Te importa si les echo una ojeada? —preguntó. —En absoluto. Siéntate y ponte cómoda. La cena estará enseguida.Tiffany volvió a la cocina. TaeYeon eligió unas sonatas para piano de Beethoven y se sentó en el sofá con unas cuantas revistas. Prince saltó a su regazo y se acurrucó.Al cabo de un cuarto de hora, Tiffany volvió con una ensaladera, platos y cubiertos.—He pensado que será mejor que comamos aquí; el comedor es espantosamente formal para dos personas —dijo, con una sonrisa—. Debo confesar que estoy bastante sorprendida por tu elección musical.—Oh, bueno, la vida no es solo rock-and-roll, cielo.Tiffany se echó a reír y TaeYeon notó su eye-smile y como le brillaban los ojos. Parecía que se le iluminaba toda la cara.—Veo que Prince te ha cogido especial simpatía. —Tiffany se agachó junto a ella y frotó la frente contra la cabeza del perro—. Eres una caradura. —El pelo le llegaba por debajo de los hombros y un mechón rozó la mano de TaeYeon. —Da por sentado que todo el mundo la va a adorar y va a querer que le llene la ropa de pelos.El perfume de Tiffany era suave y seductor, y su proximidad hacia que TaeYeon sintiera un hormigueo. —Tienes los ojos más bonitos que he visto en mi vida.Apenas pronuncio aquellas palabras, TaeYeon se arrepintió. Como si se hubiera quedado atónita, Tiffany sostuvo la mirada durante un instante; luego apartó la vista y se puso en pie.—Gracias —dijo en un tono neutro—. Voy a buscar el resto de la comida.Y se fue a la cocina. «Mierda», pensó TaeYeon. Probablemente, Tiffany creía estaba tratando de ligársela o algo así. Avergonzada, se levantó, y la siguió.— ¿Te ayudo?—Gracias. Puedes abrir el vino y llevar las copas.TaeYeon se sintió aliviada al ver que Tiffany no parecía alterada. Observó cómo cortaba la carne en pequeñas rodajas y luego las ponía en un plato.—Eso tiene muy buena pinta —comentó.Volvieron al salón y se sentaron en sofás enfrentados, los platos en el regazo. Tiffany bebió un trago de vino y miró a TaeYeon con una sonrisa en los labios.—Bueno, Jeonju —dijo-. Supongo que habrás leído Medianoche en el jardín del bien y del mal. ¿De verdad es un lugar tan fantástico?—Oh, sí, ese libro es muy bueno. John Berendt supo captar muy bien el espíritu de Jeonju. Está lleno de personajes pintorescos. —Sonrió. —Pero el inconveniente que le encontramos algunos es que, desde que salió el libro, ha aumentado el turismo. Los fines de semana se llena. —Se interrumpió; de repente echaba de menos su casa y a sus amigos. Se preguntaba que habrían estado haciendo y que habría cambiado durante su ausencia. —Recuerdo vagamente haber estado de paso, de pequeña, pero no volví hasta hace seis años. Wendy e Irene, unas amigas, se mudaron allí, y me pregunté por qué diablos querrían vivir en una ciudad tan pequeña. Pero, cuando fui a visitarlas, me enamoré del lugar, y hace tres años y medio me compré una casa.A Tiffany le brillaban los ojos, mientras la miraba atentamente. Se echó el pelo hacia atrás y dijo:—Háblame de tu casa.—En la ciudad hay un barrio histórico, con montones de mansiones antiguas y maravillosas, completamente restauradas. Hay edificios de los siglos dieciocho y diecinueve. Mi casa está justo en la frontera de esa zona, cerca del río Gung. También estoy cerca del muelle. En otra época fue un puerto importante, desde donde se exportaba algodón; actualmente, los antiguos almacenes se han convertido en galerías de arte, restaurantes y comercios. Mi casa es del típico estilo victoriano de Jeonju: está pintada de blanco y es bastante grande. De hecho, es demasiado grande para mi sola, pero no me pude contener cuando vi la amplia escalera que sube en espiral desde el centro del vestíbulo. Domina toda la casa y es absolutamente espectacular.—Dioses —suspiro Tiffany—, ¿tiene contraventanas? TaeYeon sonrió ante la expresión soñadora de Tiffany.—Por supuesto, reina. La verdad es que todavía le hacen falta algunos arreglos y una redecoración. He reformado la cocina y los baños, y he remodelado el jardín, pero no he tenido ocasión de ocuparme de muchas otras cosas. En realidad, debería pedirte consejo, porque has hecho un trabajo fantástico con esta casa.Tiffany alzó la vista al techo.—Trabajar en una casa como esa sería como estar en el paraíso —dijo. Rellenó las copas con el vino que quedaba en la botella—. ¿Y qué hay de la gente? Siempre he imaginado que tendría la típica actitud pueblerina que podía incomodar a una estrella del rock, sobre todo si es lesbiana.—Es un sitio incomparable. En algunos aspectos tiene ese rollo pueblerino, pero también tiene aires de elegancia y sofisticación. Da la impresión de que todo el mundo quiere estar informado de lo que hacen los demás, pero sin juzgar. —TaeYeon rio entre dientes al recordar a Hani y a Heechul. —Mis vecinos son una pareja de ancianos que se pasan por casa algunas tardes a tomar una copa. Siempre tienen cotilleos de todo el mundo y estoy segura de que, en cuanto se van, repiten todo lo que les he contado. Pero no critican; ni ellos ni nadie. Todo lo contrario: parecen alegrarse de todas las cosas que hace la gente de la zona, aunque solo sea porque los mantiene entretenidos.TaeYeon sonrió, y le vino a la mente una imagen de Hani y Heechul, una agradable tarde de domingo, paseando lentamente por la ciudad en su Rolls Royce descapotable de 1972, saludando a todos los que veían y gritando: «Bonito día, ¿verdad?».Tiffany se echó hacia delante para coger su copa y TaeYeon alcanzó a ver un canalillo muy tentador.—Hace un año estuve enrollada con una chica de la ciudad—continuó—. Y yo creía que éramos extremadamente discretas, pero resultó que todo el mundo lo sabía desde el principio. —Se encogió de hombros—. Y todos estaban encantados.
Se echaron a reír. Tiffany se levantó a cambiar la música: conciertos para piano de Mozart. —Voy a buscar otra botella de vino —anunció, mientras se llevaba los platos a la cocina.
TaeYeon trató de no pensar en el cuerpo espectacular que tenía y en lo sexy que era su forma de andar. Tiffany sirvió mas vino, se sentó y la miró, esbozando una sonrisa.— ¿Y qué pasó con ella? ¿No funcionó?Una vez más, TaeYeon se encontró mirándola embelesada, como una idiota. Los ojos de Tiffany estaban enmarcados por unas pestanas largas y tupidas, y tenía una manera de mirarla recatada y provocativa a la vez. Claro que Tiffany no tenía la culpa; no podía evitar tener unos ojos tan seductores.—No, desde luego que no funcionó —contestó, sacudiendo la cabeza con desdén. Lo último que le apetecía era hablar de Joy—De todos modos, ya basta de hablar de mí. En una de esas revistas he visto unas fotos y un reportaje sobre una entrega de premios de periodismo, y parece que has ganado unos cuantos. Estoy impresionada. ¿Cuánto hace que escribes para The Entertainer?—Unos ochoEl timbre del teléfono la interrumpió. El contestador saltó directamente y Tiffany espero a oír quien llamaba.—Hola, cariño —dijo una voz de hombre—. Acabo de volver de Perth... Parece que no estás en casa... Te llamare mañana. Te quiero.TaeYeon se sorprendió al ver que Tiffany no cogía el teléfono. Tenía el entrecejo levemente fruncido cuando cogió la copa y bebió un trago.—Supongo que ese era LuHan —dijo—. ¿No te apetecía hablar con él?Tiffany se echó el pelo hacia atrás y se recostó en el sofá.—Puedo llamarlo mañana.TaeYeon sabía que no debía seguir con las preguntas personales, pero no se podía resistir. Estaba fascinada por aquella mujer.—Dices que vuestra relación es informal, pero me ha parecido que él va en serio. Ha dicho que te quería.Tiffany suspiró.—Sí, creo que probablemente me quiere. Pero yo no siento lo mismo. Aunque, a decir verdad, nunca siento lo mismo.— ¿A qué te refieres? —La curiosidad de TaeYeon iba en aumento.Tiffany bebió un trago y se quedó pensativa. Las preguntas no parecían importarle.—Antes me molestaba, pero últimamente no pienso mucho en ello. Parece que mis relaciones nunca funcionan. Creo que sería genial tener una relación en la que me sintiera realmente cerca... No sé, tener verdadera confianza con un tío, sentir que tengo una pareja con la que compartirlo todo. Mis amigas parecen capaces de conseguirlo... hasta cierto punto. —Rió con suavidad—. En realidad, creo que a menudo se tragan un montón de mierda, pero aun así parecen más felices que yo. —Miró a TaeYeon a los ojos, con una expresión ligeramente angustiada, y añadió—. Los hombres siempre parecen estar en otra longitud de onda y, cada vez que trato de hablar de mis sentimientos y aspiraciones, se quedan desconcertados, se vuelven competitivos o se sienten amenazados. Eso hace que me retraiga emocionalmente. No se cómo lidian con eso las otras mujeres. Se acurrucó el sofá.—Sí, yo tampoco sé cómo los entienden las mujeres —dijo TaeYeon con una sonrisa— En lo que a mí respecta, son de otro planeta.Tiffany se echó a reír.—Sí, bueno. Y me casé hace diez años, cuando apenas tenía veintitrés. Era un buen tipo y le tenía mucho cariño pero no estaba enamorada de él. No había pasión; para mí era más bien un amigo. No me extraña que solo durase cinco años y que la mayor parte de la relación fuera difícil. Con LuHan es lo mismo, solo que ahora sé que no debo esperar demasiado. He decidido conformarme con un arreglo cómodo: vivo mi vida y, cuando es posible tengo un amante con el que pasar un buen rato. —Se encogió de hombros—. LuHan es un tipo genial, pero cuando paso demasiado tiempo con él, a menudo tengo ganas de salir corriendo. Eso suena fatal, ¿verdad? —preguntó, con una sonrisa.Mientras la escuchaba, TaeYeon observó la expresión de pena y desilusión que transmitían los ojos de Tiffany y notó que algo se agitaba en su interior. La atracción que sentía por ella cobraba otra dimensión. Ya no era simple admiración por su belleza: experimentaba un poderoso deseo por aquella mujer. Sabía que no era procedente y no quería sentirse así, pero no podía evitarlo. Tragó saliva y sonrió con timidez.— ¿No te has enamorado nunca?Tiffany la miró a los ojos con franqueza y sacudió la cabeza. —Supongo que no doy la talla.«Oh, cielo, no cabe duda de que das la talla.» TaeYeon sintió la repentina necesidad de tenerla entre sus brazos. La idea le tensó el cuerpo de deseo. Tomó un trago de vino.—Será que todavía no has conocido a la persona adecuada.—Puede que no —dijo Tiffany, sin darle importancia—. ¿Te apetece un café?—Sí, estaría bien. —TaeYeon se alegró de que cambiaran de tema y la acompañó a la cocina—. Hace un rato se me ha ocurrido una cosa que me gustaría preguntarte. Es sobre la posibilidad de que hagas un reportaje sobre mi grupo.Tiffany puso a hervir agua para el café.—Suena interesante.
—Bueno, cuando estaba hojeando las revistas he visto un reportaje tuyo sobre una banda de blues inglesa. Es maravillosa la manera en que escribiste sobre ellos, sus aspiraciones, su estilo musical y todo eso. La personalidad de los miembros se traslucía de verdad. Estaba pensando que podrías cubrir el resto de nuestra gira. Ya sabes: viajar con nosotros y escribir sobre nosotros y los conciertos. En fin, esas cosas.Tiffany se pasó una mano por el pelo.— ¿Cuánto dura el resto de la gira?
—Eran dos semanas en total, así que quedan diez días. Tenemos tres conciertos en Sydney y otros tres en Brisbane, con unos días libres en medio, para pasear un poco. Hicimos una gira tan agotadora en Estados Unidos que quería que esta fuera tranquila y agradable, para que todos tuviéramos un pequeño respiro. — Sonrió.—No estarías todo el día de aquí para allá; tendrías mucho tiempo para hablar con todos y divertirte.Tiffany sirvió el café y volvió al salón con las tazas.—Pues las fechas son perfectas para que salga en el próximo número, que es cuando se iba a publicar la entrevista que te he hecho hoy.TaeYeon sonrió.—Eso sería mucho mejor que esta entrevista.Tiffany asintió, entusiasmada.—El calendario iría un poco ajustado, pero creo que estaría muy bien. En las próximas dos semanas no hay ningún acontecimiento importante que tenga que cubrir por aquí, y estoy segura de que mi jefa no se opondría a que hiciera un reportaje sobre TaeYeon Kim. Le dedicó una amplia sonrisa—Eres el gran éxito del momento. Pero ¿no tendrías que hablarlo con tu agente?—Oh, no tenemos que preocuparnos por Henry. Le parecerá una idea fantástica. Nada le gusta tanto corno la publicidad.—Te referirás a la publicidad positiva.—Bueno, prefiere la positiva, pero, si no hubiera más remedio, se conformaría con la negativa. Siempre me dice: «Tienes que conseguir que sigan hablando de ti, Tae. Cuando dejen de hablar estarás muerta. Lo digo en serio. ¡Acabada!».Se echaron a reír.—De acuerdo —dijo Tiffany—. Hablare con mi jefa mañana por la mañana y ya te diré algo.La conversación siguió otros derroteros durante casi una hora. Cuando TaeYeon miró el reloj eran poco más de las doce de la noche.—Será mejor que me vaya. Muchas gracias por lo de esta noche. Me lo he pasado muy bien.—Yo también —afirmó Tiffany—. Te pediré un taxi y te haré esa lista de tiendas que te he comentado.— ¡Qué bien! Sunny va a saltar de alegría. Ahora que lo pienso, te apuntaré mi dirección de Jeonju. En caso de que no puedas venir a la gira, llámame cuando estés en mi lado del mundo.—Oh, no te quepa duda. Gracias.
Intercambiaron notas, y TaeYeon oyó el claxon del taxi mientras Tiffany la acompañaba hasta la puerta.—Buenas noches, TaeYeon. Te llamo mañana.Cuando Tiffany la besó en la mejilla, TaeYeon volvió a sentir que se derretía. Habría sido muy fácil pasarle el brazo por la cintura y besar aquella boca de aspecto delicioso. Sonrió.—Buenas noches, y gracias de nuevo.---------En el viaje de vuelta al hotel, TaeYeon pensó, preocupada, en las sensaciones que le despertaba Tiffany. No podía permitirse el lujo de sentir aquella atracción. Era ridículo. No obstante, tenía que reconocer que era el motivo principal por el que le había propuesto que viajara con ellos e hiciera el reportaje. Sabía que sería bueno para el grupo, porque Tiffany era una periodista importante y trabaja para una reputada revista, pero sobre todo era una excusa para pasar más tiempo con ella.Pensó que, gracias a Dios, Tiffany era heterosexual. De lo contrario, si hubiera demostrado algún interés por ella, las cosas se habrían complicado. No podía involucrarse en una relación que acabaría en diez días, y menos con una mujer como Tiffany. Recordó la manera en que la había mirado en algunos momentos y como la había hecho dudar. No, Tiffany era heterosexual, y más le valía que siguiera sin enterarse de la atracción que sentía por ella.Cuando el taxi paró en la puerta del hotel, suspiró. Le encantaba la costumbre que tenía Tiffany de echarse el pelo hacia atrás; aquel movimiento despreocupado de la cabeza era muy sexy. «Dioses —pensó—, como se descuide, una mujer podría ahogarse en esos ojos.»______________Bueno hoy tengo un poco de tiempo libre así que les dejó este capítulo espero les esté gustando! Si hay errores disculpen!nos vemos ;) Taelovestephi27